Pasamos más de un tercio de nuestro día en el trabajo, compartimos espacios con mucha gente y llevamos a cabo acciones de muy diversos tipos. Por ello, es imprescindible adquirir buenos hábitos en una oficina saludable, de forma que cada uno de ellos no perjudique nuestra salud, sino al contrario, que se conviertan en aliados para que nuestros quehaceres diarios aporten beneficios para nuestro cuerpo y mente.

A la hora de analizar nuestro trabajo diario y comprobar si es saludable, son muchos los factores que hay que tener en cuenta. El primero es el espacio en el que desarrollamos nuestras funciones laborales. ¿Cómo es nuestra oficina?

Oficina saludable

 

Os presentamos 5 características que deben cumplirse para convertirse en una zona de trabajo saludable:

  1. Una oficina libre de malos humos:

La ventilación en un espacio de trabajo es fundamental. Ya no hablamos de que se prohíba fumar, algo que ya está establecido en casi la totalidad de las empresas, nos referimos a que existan ventanas en todas las estancias, conductos de aire y posibilidad de que entre aire fresco cada día.

  1. Evitar la contaminación acústica:

Además del ambiente contaminado, es necesario huir del ruido que perjudica el ambiente y que impide el buen desarrollo del trabajo en muchas ocasiones. Normalmente algunos sistemas como los ordenadores, impresoras o aires acondicionados provocan que el nivel de ruido sea excesivo. Es recomendable cuidar el funcionamiento de estos aparatos y cuidar el bienestar acústico de los trabajadores.

  1. Una buena iluminación:

Es uno de los factores más importantes en una oficina. Una mala iluminación no solo perjudica la vista de sus trabajadores y empeora su salud, sino que hace más negativo el ambiente y las relaciones personales. Lo mejor es que sea la propia luz natural la que ilumine la sala, pero si no es posible, hay que colocar lámparas y otros mecanismos de luz en los puntos clave para iluminar todos los rincones en los que se desarrolle alguna función.

  1. Mobiliario saludable:

Hemos comentado en muchas ocasiones lo importante que es apostar por un mobiliario adecuado, que beneficie las tareas que se desempeñen en el espacio que ocupan y que sea saludable para el empleado. En este sentido cobran una importancia especial las sillas ergonómicas, las mesas especialmente diseñadas para integrar la tecnología que se utilice u otros aparatos para colocar los pies o los brazos.

Sillas ergonómicas en la oficina

  1. Espacios de trabajo óptimos:

Es quizá uno de los requisitos más importantes a la hora de diseñar una zona de trabajo. Los espacios deben ser prácticos y funcionales, aptos para el desarrollo de las distintas tareas que tienen lugar en una oficina pero también para los descansos necesarios de los trabajadores, los distintos tipos de reuniones que existen o los proyectos colaborativos.

 

¿Cómo ser un empleado que se cuida?

Ya hemos diseñado una oficina saludable, ¿y ahora qué? Los siguientes consejos suponen una responsabilidad del trabajador que debe velar también por conseguir crear ciertos hábitos para que el trabajo no perjudique su salud.

Algunas de estas recomendaciones son:

  • Combina los tiempos de trabajo con los descansos necesarios, parando 15 minutos cada dos horas, por ejemplo, y aprovechando a caminar, subir y bajar alguna escalera o tomar aire fresco.
  • Personaliza tu lugar de trabajo: no se trata de que decores tu mesa como si estuvieras en casa, pero una planta, una pequeña foto o algún detalle de tu vida personal pueden hacer que te sientas mucho más cómodo en tu jornada laboral.
  • Coloca correctamente el ordenador, ratón, silla, reposapiés: todos los elementos que utilices deben estar adaptados a ti. La pantalla debe situarse a la altura de tus ojos; el teclado, permitiendo que hagas un ángulo recto con los brazos; las piernas correctamente apoyadas en un reposapiés o alzador.
  • Cuida tus posturas en el trabajo: tanto en la silla como hablando por teléfono, en una reunión, una visita o cualquier otra situación que debas afrontar en el día a día en la oficina.

Con este escenario, trabajando en una oficina saludable y poniendo en práctica buenos hábitos, el día a día será mucho más beneficioso para nosotros como empleados. Nuestro cuerpo y nuestra mente nos lo agradecerán :).