El confort acústico es uno de los factores que más inciden en el bienestar y el rendimiento de los trabajadores. El ruido es uno de los agentes contaminantes más frecuente en los puestos de trabajo y aun a niveles alejados de los que producen daños auditivos, puede dar lugar a otros efectos como son las alteraciones fisiológicas o las psicológicas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido ambiental es el segundo mayor causante de enfermedades a nivel mundial, tras la contaminación atmosférica.

El confort acústico, podríamos decir, es el ruido que no molesta y nos permite trabajar cómodamente. Se puede aminorar con una buena zonificación de la oficina y utilizando materiales de insonorización en paredes, techo y suelos, entre otras actuaciones, pero el primer requisito en este objetivo es respetar unas mínimas normas de convivencia que eviten conflictos interpersonales.

Los ruidos se transmiten a través del aire o de la textura del edificio. La forma en que el oído humano percibe el sonido depende directamente de los niveles de reverberación y absorción dentro del edificio.

Cualquier evaluación de la exposición a ruido en oficinas debería empezar por conocer el grado de molestia expresado por los trabajadores de la oficina y la identificación de la fuente de ruido. En general, se pueden considerar cuatro fuentes de ruido: el procedente del exterior, el de las instalaciones del edificio, el de los equipos de oficina y el producido por las personas.

Confort acústico, el reto de los nuevos estilos laborales

Una buena acústica no es solo imprescindible para la salud de los trabajadores; resulta fundamental también para dar soporte a los nuevos estilos laborales basados en la comunicación y el trabajo en equipo.

Las formas de comunicación jerárquicas del pasado, se han convertido en modelos de intercambio fluidos. Las empresas buscan mejorar la colaboración en sus oficinas al mismo tiempo que se asignan menos espacios privados. Pero estos entornos laborales más sociales no contribuyen a preservar ni la privacidad ni la concentración. La clave para hallar el equilibrio está en habilitar diferentes espacios y en comprender de qué manera los distintos elementos pueden afectar el nivel de ruido.

Cómo conseguir el confort acústico en oficinas

¿Cómo lograr el confort acústico en oficinas? El principal aspecto generador de molestias son las conversaciones. En los despachos, es posible garantizar la reducción del ruido de las áreas adyacentes mediante la insonorización del local.
En oficinas de tipo abierto, esto se puede conseguir mediante el tratamiento acústico del techo, paredes y suelos. En estos espacios se puede lograr una mejora muy importante con mamparas separadoras.

Las mamparas separadoras de espacios generan zonas de trabajo para fomentar la concentración y evitar la interferencia de ruidos. Además, también son prácticas para diferenciar zonas de trabajo de aquellas que son de descanso o de reuniones informales.

 

El confort acústico en oficinas se logra cuando el lugar de trabajo proporciona un nivel de ruido apropiado tanto para la interacción fluida como para la confidencialidad y el trabajo de concentración.

La clave es analizar quién va a usar el espacio, qué grado de privacidad se necesita en diferentes momentos y espacios, y de qué manera los distintos elementos de la oficina pueden afectar la acústica. Una premisa simple es mantener las áreas más ruidosas lejos de aquellas que necesitan un ambiente más tranquilo.

El mobiliario, clave en el confort sonoro de la oficina

La selección de paneles y el mobiliario también es una decisión muy importante en la creación de un espacio acústicamente confortable, tanto por sus materiales -cuanto más absorbente sea el material se alcanzará un mayor confort sonoro- como por su disposición.

Cuanto más diáfano es un espacio, mayores son los problemas de confort sonoro. Por ello, son muy funcionales los muebles que incorporan sistemas aislantes, como MEET up! de Ofita, perfecto para lograr cierto aislamiento también en los entornos de trabajo más informales.

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Los biombos separadores son también muy utilizados en diferentes espacios, pues ofrecen una gran funcionalidad al eliminar una parte de los sonidos que hay alrededor y, a la vez, generan zonas diferenciadas con una inversión mínima. 

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Los separadores de mesas de oficina proporcionan igualmente cierto nivel de privacidad y un espacio semicerrado que ayuda a la concentración. 

Otro elemento cada día más frecuentes en las oficinas son las Cabinas de Oficina insonorizadas. Crean un microambiente especializado y controlado que elimina distracciones (pudiéndose incluso utilizar como phone booth ), aumenta la productividad y protege a los empleados al eliminar las bacterias y virus en el aire y en las superficies de manera segura, continua, efectiva y silenciosa.

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¿Cómo integrar el confort acústico en la arquitectura?

Hay muchas soluciones para lograr el confort acústico en una oficina, pero lo realmente importante es considerar la relación confort acústico / arquitectura, es decir, que el confort sonoro sea una premisa de partida del proyecto. Lo primero que hay que saber es el uso de ese espacio.

Pese a su dificultad, la base teórica tiene como partida dos técnicas bastante claras: por un lado, el acondicionamiento (mejor sonido) y por el otro la insonorización (menos ruido).

Es importante analizar la compatibilidad de la arquitectura y su contexto, evitando emplazamientos cercanos a fuentes de sonido fuertes como carreteras o fábricas. En el interior, es fundamental identificar los espacios con menos sensibilidad al ruido, como baños, y distribuirlos de forma que estén adyacentes a las fuentes de ruido.

Se deben elegir las ventanas y los cristales adecuados, porque existen varios tipos considerando la proximidad del edificio a fuentes de ruido. Es igualmente importante seleccionar materiales tecnológicamente avanzados. La moqueta, las baldosas de techo o los techos suspendidos, por ejemplo, son productos de mitigación sonora.

En definitiva, orientar la arquitectura hacia el propósito de crear espacios que proporcionen calidad de vida a sus habitantes.