La oficina es un factor clave en el éxito de nuestra compañía, junto con la tecnología y las personas. Su configuración depende, además de los condicionantes económicos, del estilo de dirección y la cultura de la compañía, de los requisitos y avances tecnológicos, de las dinámicas de trabajo y de la flexibilidad que impone el nuevo entorno competitivo.

Los cambios que se están produciendo en todos estos ámbitos y, en particular, la evolución de las tecnologías y de las dinámicas de trabajo han afectado a la manera de entender y diseñar los espacios de trabajo, a la gestión de las infraestructuras corporativas y, finalmente, al mobiliario utilizado.

Por ejemplo, el rápido avance de las tecnologías de I+C está haciendo que edificios que antes podían tener un ciclo de vida de más de 50 años se queden funcionalmente obsoletos en menos de una década.

Otros aspectos que están impactando como nunca antes en el diseño de las oficinas son los cambios en la estructura organizativa y en las formas de trabajo, la dificultad en captar y retener a los trabajadores, los imperativos de creatividad e innovación y el papel central que cobran las personas.

Y así como todos estos factores influyen a la hora de diseñar la oficina, la adecuación de esta interviene notablemente en la satisfacción de sus usuarios.

Debemos ser conscientes de la importancia del espacio de trabajo: no es simplemente un activo fijo evaluado y gestionado en términos de cuánto cuesta o cuánto dinero genera, es algo más que colocar a 200 personas en 3.000 metros cuadrados.

Una estrategia integrada de gestión del espacio puede contribuir no solo a una racionalización de los costes, sino a la motivación y aumento de productividad de los trabajadores. Por eso decimos que la oficina en un factor clave de éxito.

Gracias a una buena estrategia y un magnífico diseño de nuestra oficina, podemos convertir el espacio en un instrumento proactivo que apoye y estimule los factores de éxito de nuestra compañía: flexibilidad, movilidad, creatividad, transmisión del conocimiento, flujo de procesos…

La oficina en un factor clave de éxito, altavoz de la cultura corporativa

Además, la oficina es uno de los mejores escaparates de la organización. Es su imagen, y un medio para que los empleados se identifiquen con la empresa y se sientan más motivados; un modo de apoyar la cultura de la empresa y atraer el talento.

Así, por ejemplo, la incorporación de espacios no tradicionales permite transmitir una imagen innovadora de la empresa. Un diseño creativo del espacio, que lo haga atractivo y acogedor, refleja que la empresa se preocupa por sus empleados.

Conscientes de que la oficina es un factor clave de éxito, las empresas se alejan hoy de los diseños meramente funcionales e impersonales de las oficinas. Colores vivos, grandes ventanales, menú de puestos de trabajo, cada uno pensado para un tipo de trabajo distinto (trabajo concentrado, en grupo, comunicación informal…), espacios informales, cafeterías, gimnasios… Las oficinas están transformándose en un campus o en un club, y adoptando diseños mediante los cuales se persigue estimular las ganas de trabajar y la creatividad, seducir, motivar y fidelizar a los empleados. Y al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de las personas. Porque el ser humano es el elemento más importante de las organizaciones.