Llega el verano y con él las temperaturas empiezan a crecer hasta niveles poco soportables, especialmente en las oficinas, donde muchos deben acudir con vestimentas formales que son poco adecuadas para ciertos rigores climáticos. Para evitar que los empleados se deshidraten mientras intentan cumplir con sus funciones y que su productividad no decaiga debido al sopor que conllevan las altas temperaturas, es fundamental que las oficinas de tu empresa cuenten con un correcto sistema de climatización. Si tienes dudas de qué opciones hay, te contamos cuáles son las diferentes opciones.

Elijas el sistema de climatización que elijas para tu oficina es importante que esté en consonancia con la legislación española recogida en el Reglamento de Instalaciones Térmicas elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

¿Qué es la climatización?

Podríamos definirla como la creación de unas condiciones óptimas de temperatura, humedad y calidad del aire en un espacio para garantizar el bienestar de las personas que lo habitan. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, la climatización no es únicamente la instalación de aparatos de aire acondicionado, que puede ser una parte de este proceso, sino que este término hace referencia a algo más completo, que incluye tanto la instalación de sistemas de refrigeración para las estaciones o lugares cálidos, como la de sistemas de calor con el fin de acondicionar térmicamente los ambientes o estaciones frías.

Al igual que se deben tener en cuenta aspectos como la ergonomía o la iluminación a la hora de planificar un espacio de trabajo, la climatización debe ser estudiada con el fin de mejorar la productividad de los empleados y favorecer su salud y bienestar durante su estancia en la oficina. Uno de los puntos que debemos sopesar es que muchos de los sistemas de refrigeración o de calor resecan el ambiente, lo que a la larga puede provocar irritación de garganta y ojos, especialmente si se trabaja delante de un ordenador. Este inconveniente implica que los trabajadores rindan peor al cansarse más la vista o puedan desarrollar dolencias relacionadas con el sistema respiratorio. Por este motivo es importante elegir bien el sistema de climatización para que la humedad también sea la adecuada y evitar así las contrariedades que puedan producir un mal acondicionamiento ambiental del espacio.

¿Qué tipos de sistemas de climatización existen?

Podríamos clasificarlos según dos variantes, el tipo de fluido conductor que utilicen o según el alcance.

Según el caloportador

Es decir, según el tipo de fluido que utilice el sistema para conducir tanto el frío como el calor. Según este criterio tendríamos 4 tipos diferentes:

De agua: ya sea caliente o fría, estas instalaciones utilizan el agua como medio de transmisión de la energía térmica. Este fluido llega hasta los emisores que se encargan de la dispersión del frío o calor. Se trata del sistema menos efectivo pero es muy utilizado, en especial en los sistemas de calefacción mediante radiadores.

De aire: un aparato de climatización trata el aire para ser posteriormente difundido a través de un sistema de conductos y difusores. Estos equipos suelen incorporar, además, ventilación, por lo que los hace más completos que los de agua dado que contribuyen a mejorar también la calidad del aire.

Mixto (agua y aire): combina ambas técnicas. Aunque fundamentalmente es una climatización por aire, ésta se ve apoyada por aparatos alimentados con agua, de tal forma que la unión de ambas consigue unas condiciones óptimas, aunque su precio es más elevado.

De refrigerante: en lugar de agua, éstos utilizan líquidos refrigerantes como portador de la energía térmica, sin embargo, no realizan la función de ventilación, por lo que ésta debe realizarse por otros medios añadidos.

Según el alcance

Esto hace referencia a si la climatización se realiza para un único punto (una oficina o local) o para varios, como pueda ser el ejemplo el sistema de climatización centralizado de un edificio completo. Según este criterio contamos con dos tipos:

Unitaria: la que se realiza de forma independiente para un solo local u oficina mediante sus propios sistemas (calefactores, chimeneas, aparatos de aire acondicionado, etc.). No es la mejor opción pero, en ocasiones, no queda otra opción dada la ubicación.

Centralizada: es la que cuenta con sistemas compartidos entre varios locales. Suelen utilizar maquinarias más potentes y sistemas más complejos por lo que el rendimiento suele ser superior. Las calefacciones compartidas mediante la instalación de una caldera para todo un edificio o un grupo de ellos es un ejemplo y una de las opciones más utilizadas a la hora de acondicionar para el frío un espacio.