Los espacios de trabajo se han transformando de manera acelerada debido a la pandemia. Veremos si estos cambios vienen para quedarse o si las organizaciones prefieren volver a las reglas de juego pre-pandemia. No solo ha cambiado el cuándo y el dónde se trabaja, sino también el cómo y el porqué, y esto ya no depende tanto de las empresas como de las personas que forman parte de ellas

No obstante, muchas de estas mutaciones en los espacios de trabajo no son fruto solamente de la covid-19. Para entender esta evolución, nos tenemos que fijar sobre todo en el sector tecnológico y en los cambios estructurales que empezaron hace algo más de dos décadas. 

Si repasamos la evolución natural de las oficinas, estas han pasado de ser un espacio para producir a un lugar donde innovamos, cocreamos, resolvemos problemas, socializamos y trabajamos en equipo.

El tercer espacio, una tendencia en auge

El nuevo modelo de trabajo que están implantando las compañías en esta nueva normalidad va más allá de trabajar desde la oficina o desde el hogar. Un espacio de coworking, una cafetería, una biblioteca o la sala de espera de un aeropuerto se convierten en
nuevos entornos aptos para desarrollar nuestra actividad profesional. Es el tercer espacio, una tendencia que irá cobrando importancia una vez superadas las primeras fases del trabajo híbrido y en remoto.

En la actualidad, un gran número de compañías está analizando el impacto del trabajo en remoto en su huella inmobiliaria, buscando una buena cohesión funcional entre la residencia, la oficina y el tercer lugar. Y surgen así nuevos agentes de mercado. Un ejemplo son las oficinas reservadas bajo demanda y pago por uso.

Hemos superado las fases iniciales del trabajo en remoto, donde eminentemente se asociaba a teletrabajo y por tanto a trabajar desde casa, y entramos definitivamente en la fase de “work from any where” donde más allá de las opciones ofrecidas, lo que premia es un fundamento básico, la confianza de las organizaciones en su talento, para que éste determine el cómo, el dónde y el cuando. 
 
La evolución es notoria, y se están imponiendo los modelos y formatos blended, trabajo en la oficina, desde casa y en una red de terceros lugares, cercanos, convenientes, totalmente equipados y que responden a las necesidades inmediatas de un empleado cada vez más dinámico. La asistencia a los mismos podrá en algunos casos representar la misma lógica que la oficina: espacios de encuentros, de conexiones positivas, pero también de disponibilidad de elementos que difícilmente puedan ser accesibles en el hogar o que por motivos de necesidad social o económica, simplemente no se quiere desarrollar desde el mismo. 

Utopicus Glories Lobby

Oficinas reservadas bajo demanda y pago por uso

No existen compromisos, y se contrata bajo demanda, se ha roto la última frontera, e inclusive la oficina es ahora consumida en un formato de pago por uso. La experiencia del usuario es ahora más amplia, permitiéndole ahora elegir donde trabajar cada día, pero la experiencia de búsqueda, reserva y validación debe ser digital, los terceros espacios se convierten en la gran evolución y no importa quien es el operador o el responsable, lo importante es la experiencia del talento.  
 
Este cambio genera grandes implicaciones en el estilo de vida, en la movilidad, en el concepto de barrio, en el diseño de edificios y viviendas y obviamente en la percepción de productividad, tanto laboral como de momento vital.
  

Vamos hacia un concepto del futuro del trabajo más “líquido”, donde conviven diversos formatos en relación con el lugar donde éste se realiza, que debe ir de la mano de una progresiva implementación de políticas de flexibilidad en las organizaciones, del grado de disponibilidad de los espacios y de su cercanía o lejanía con respecto a los clientes y del hogar de los empleados. 
 
Muchas empresas seguirán confiando en el espacio de oficina tradicional durante muchos años más, pero no será suficiente para evitar una transformación en el mercado de oficina, inclusive hacia un modelo donde se facilitará el acceso al espacio ocioso de las organizaciones, a fin de sacar un rendimiento económico, comercial o institucional. 
Cada día más empresas ofrecen parte de su espacio para que otros trabajen en él.
Notaremos sin embargo, un gran cambio inmediato, en la práctica se evolucionará del tener que ir a la oficina a querer ir a la oficina. Las mejores compañías necesitarán menos de ese espacio de oficina tradicional que el que se ofrece actualmente y en cambio deberán ofrecerlo y entregarlo de una manera que se ajuste a las necesidades de su talento, cuando éste lo quiera. Y así, más negocios se abren a ofrecer parte de su espacio para que otros trabajen en él.
 

Sala Artesanos – zityhub

zityhub, un nuevo concepto de oficinas flex

En este contexto, cobran importancia nuevos agentes del mercado, como zityhub, que reúrv ne espacios excedentes y los ofrece como un servicio. Zityhub es una plataforma B2B SPaaS (space as a service), que permite a las compañías ofrecer flexibilidad real a sus empleados con una red de espacios de trabajo diversos, distribuidos, reservables bajo demanda y pago por uso.

Una experiencia digital que ofrece infinidad de opciones adaptadas a las necesidades de los empleados y la seguridad y tranquilidad a la empresa de cumplir con sus modelos de trabajo, protocolos de seguridad y directrices. Esta plataforma ya dispone de 60 espacios zityhub en Madrid, Barcelona, Alicante, Bilbao, Málaga, Sevilla, Sabadell, Vigo…

Las organizaciones registran a los profesionales de su empresa mediante una app a una red de espacios flexibles con recursos reservables bajo demanda y pago por uso, permitiendo una libertad diaria de elección sobre dónde trabajar. El profesional elige cómo trabajar y la organización paga solo por lo que éste utiliza.

Sala Eixample – zityhub

Hablamos con el Chief Operating Officer (COO) de zityhub, Pablo de la Hoz, sobre esta práctica de reunir espacios excedentes y ofrecerlos:

¿Por qué crece este tipo de espacios?

“Al Real Estate le sucede lo mismo que a otras industrias, donde se valora cada vez más la flexibilidad. Al igual que ahora puedes hospedarte en cualquier lugar o usar un coche por minutos, el turno le llega a las oficinas, que serán reservadas bajo demanda y pago por uso. La flexibilidad llega al usuario en cuanto a cómo disfruta del servicio, pero a su vez desde el lado de la oferta al tener mejores alternativas”. 

¿Son una consecuencia directa del teletrabajo?

“Digamos que el teletrabajo influyó, pero en mayor medida el trabajo en remoto y el hecho de estar en una época donde el trabajo ha sido brutalmente deslocalizado. Por otro lado, no disponemos de los hogares para tener un espacio de trabajo de forma continuada y sostenible, y como no, el elemento social impacta sobre manera, necesitando interacción y colaboración”. 

¿Sobra espacio en las oficinas debido a los modelos flexibles?

“Esta relacionado, pero evidentemente el impacto de la pandemia ha provocado una reformulación de los modelos de contratación de oficinas, así como de los ejercicios derevisión de la huella inmobiliaria acorde a las necesidades de las empresas y sus empleados.  Probablemente, sobre espacio en una concepción antigua de la oficina y falte de un nuevo modelo que ejerza como catalizador de la organización, un espacio de encuentro y colaboración”. 

¿Estos espacios bajo demanda y pago por uso, se están convirtiendo en oficinas satélites para los teletrabajadores?

“Es una tendencia que ya vemos en otros países, oficinas más cercanas a las residencias de los empleados, pero vista en un contexto más amplio. La oficina es ahora una red de espacios distribuidos, se trata de la oficina líquida distribuida”. 

En su opinión, los terceros espacios se convierten en la gran evolución y no importa quién es el operador o el responsable, “lo importante es la experiencia del talento”.