Los tiempos en los que el tamaño de los despachos era directamente proporcional al grado de jerarquía en las compañías ha terminado. Hoy, en el diseño de una oficina priman más cuestiones como: ¿cuánto tiempo estás en la oficina, cómo colaboras con tu equipo, qué tipo de espacio necesitas? Ahora lo realmente importante en una oficina es su capital humano, y en base a ello se diseña la oficina.  El modelo de oficina tradicional está obsoleto porque las empresas están modificando sus formas de trabajar, por otras más alienadas con las nuevas generaciones que se están incorporando al ámbito laboral. Estas nuevas dinámicas requieren espacios diferentes.

Hemos pasado de sentarnos en el mismo puesto de trabajo cada día, durante toda la jornada laboral, a una forma de trabajar autónoma en cuanto a espacio y tiempo, en la que priman los resultados por encima del control y la presencia en la oficina.

 

modelo de oficina tradicional

 

Trabajo flexible vs modelo de oficina tradicional

Han cambiado también las culturas empresariales, hoy son más abiertas y horizontales, y la tecnología nos permite trabajar hoy desde cualquier lugar y en cualquier momento (cada lugar es potencialmente un espacio de trabajo: una cafetería, un parque..).

Estas nuevas culturas empresariales van unidas a conceptos de trabajo flexible. Según estudios, sobre un 25% de la población mundial trabaja de forma flexible; en menos de cinco años, se espera duplicarlo. Y el trabajo flexible necesita un espacio de trabajo que lo apoye e impulse.

Además, el modelo de oficina tradicional no es sostenible porque el mal uso del espacio que representa. Tanto que cerca del 40% de los puestos están vacíos durante muchas horas e incluso días, mientras los espacios de reunión están saturados en este tipo de oficina.

 

Espacios abiertos, flexibles y no asignados

 

Frente a los despachos del modelo de oficina tradicional, las empresas están optando por los espacios abiertos, para favorecer las nuevas formas de trabajo colaborativas. Esto no significa la desaparición de este tipo de espacio, ni mucho menos. Se trata de racionalizar el espacio según la actividad y presencia real en la oficina de cada persona.

Es importante equilibrar los despachos y zonas privadas con los espacios abiertos, tanto con puestos asignados como compartidos.

En las oficinas actuales predominan las áreas comunes que impulsan el trabajo en equipo y el intercambio, pero también hay espacios cerrados de distintas características en función del uso, ya sea para reunirse, para hablar por teléfono o para trabajar de forma concentrada.

 

Showroom de Ofita en Madrid

 

La oficina tiene que dar respuesta a todas las inquietudes y necesidades de sus usuarios, con un abanico de tipologías de espacios. Lo importante es el diseño personalizado a las culturas y dinámicas de trabajo de cada empresa.

 

La oficina se ha socializado

Lo que ya nadie pone en duda es que la oficina se ha socializado. Mientras el número de despachos disminuye en torno a un 60%, las zonas de interacción son los espacios que más se están demandando en los diseños de las oficinas actuales. De hecho,  el espacio reservado a las áreas colaborativas asciende hasta el 65%.

El trabajo flexible genera un uso menos intensivo del puesto de trabajo tradicionalmente asignado, y cada vez más empresas recurren al sistema de “no territorialidad” como alternativa a los puestos de trabajo personalmente asignados.  Los puestos de trabajo hoy son compartidos por todos.

Muchas empresas optaron por implantar este tipo de puestos por el ahorro asociado a la  reducción del espacio, pero lo cierto que ese tipo de configuración también ha arrojado beneficios inesperados, desde un incentivo de colaboración entre empleados a la reducción del papel o el aumento de la creatividad.

A los puestos más operativos se suman los espacios de trabajo en grupo y coworking, que suelen ser flexibles y adaptables, y varían según las necesidades de cada momento. La oficina se completa con diferentes áreas informales y para el descanso.

 

 

Incrementos de productividad del 20%, frente al modelo de oficina tradicional

La búsqueda de ahorros vía racionalización de los espacios no es la única razón para la implementación de nuevas formas de trabajar. El trabajo y la oficina flexible se traducen en incrementos de la productividad global superiores a un 20%. El  75% de los empleados dicen que el trabajo flexible aumenta la satisfacción en el trabajo y mejora el equilibrio de la vida laboral-personal, y esto se traduce en términos económicos.

 

En el área de proyectos de nuestra web, puedes encontrar muchos ejemplos de empresas referentes que han apostado por un nuevo modelo de oficinas.