Hace no mucho tiempo, todavía hablábamos de teletrabajo y las nuevas oficinas flexibles como tendencias emergentes, y hoy son ya una realidad.

 La irrupción de la pandemia a nivel mundial y la necesidad de confinar a la población han supuesto un cambio cultural y organizativo en las empresas como no habíamos conocido.

De la noche a la mañana, y sin preparación alguna en la mayoría de los casos, las empresas se vieron obligadas a enviar a sus plantillas a teletrabajar y a adoptar nuevas relaciones laborales flexibles y en remoto.

Nueva realidad: teletrabajo y nuevas oficinas

En realidad, estos cambios ya estaban ahí, pero la pandemia los ha acelerado. En efecto, hace años comenzamos a hablar ya del entorno VUCA; de un mundo diferente fruto del avance imparable de las tecnologías de la información y la comunicación, y de la globalización de las relaciones.

Vivimos en un mundo interconectado, en el que las distancias y los horarios ya estaban perdiendo relevancia. Pero, ante todo, empezábamos a vivir en un paradigma nuevo en el que el cambio era permanente y lo tangible estaba siendo sustituido por lo intangible: las ideas, el conocimiento, la velocidad y flexibilidad se estaban convertido en las ventajas competitivas sostenibles de esta nueva era.

El cambio se había convertido en una constante, y los valores fundamentales para competir/ sobrevivir en este nuevo entorno global se llaman dinamismo, innovación, creatividad, conocimiento, flexibilidad, movilidad, adaptabilidad, aprendizaje, mejora continua y rapidez.

El teletrabajo, uno de los cambios más significativos, pero no el único

Entre los cambios más importantes en lo que es el trabajo en sí cabe destacar:

  • Mayores dosis de flexibilidad y movilidad – “trabaja dónde y cuándo quieras”.
  • Nuevas culturas corporativas, más transparentes, innovadoras y horizontales, y un estilo de liderazgo diferente, con atributos diferenciales como la comunicación, flexibilidad y el empoderamiento.
  • Mayor protagonismo de las personas y de su bienestar físico y emocional.
  • Implementación de metodologías ágiles, que facilitan las respuestas rápidas y favorecen generalmente los procesos de innovación.

Scrum, agile, kanban…  Son algunas de las metodologías ágiles de trabajo que surgieron en el mundo de la informática a mediados de los años ochenta y principios de los noventa, y que hoy ya se han introducido en todo tipo de compañías. Ofrecen una manera de responder al vertiginoso ritmo de cambios de esta sociedad de la híper conectividad y el conocimiento compartido.

La pandemia lo que ha hecho es acelerar estos cambios que ya se habían introducido en nuestras vidas y formas de trabajar, y especialmente la primera, el teletrabajo que ha llegado para quedarse.

El teletrabajo ha sido uno de los grandes cambios que ha impuesto la pandemia por Covid19 en nuestras vidas. Antes del estallido de esta crisis sanitaria, el número de empresas con empleados teletrabajando en España era del 5% frente al 34% que lo hacía en el mes de mayo. El aumento de estas cifras llevó al Gobierno a trabajar en una Ley del Teletrabajo.

Al 95 % de los trabajadores y trabajadoras les gustaría seguir teletrabajando parcialmente

Según publica RRHHDigital, Alares y Fundación Alares han hecho un balance sobre cómo ven las empresas y las personas que trabajan en ellas esta modalidad y qué cambios se experimentarán en este año.  El 86% de las empresas valoran la experiencia empresarial en relación al teletrabajo como “buena” y “muy buena” y al 95 % de los trabajadores y trabajadoras les gustaría seguir teletrabajando.  

El teletrabajo genera estrés

En general, el 50% de las empresas aseguran que el teletrabajo ha aumentado la competitividad, pero el 70% no han establecido procedimientos para medir la productividad del trabajo en remoto.

Según este artículo, casi todas las personas expertas coinciden en que, mientras se implementan nuevas modalidades de teletrabajo están creciendo los problemas de ansiedad, estrés, miedo, fobias, de familia y pareja.

El 58 % de las empresas continuarán con la modalidad de teletrabajo

El 58 % de las empresas afirman en el citado estudio que continuarán con la modalidad de teletrabajo una vez se normalice la situación actual. El 18% lo llevará a cabo al menos dos días en semana; el 14 % de manera continua salvo para ocasiones que requieran la presencia física, y el 11% lo permitirán un día a la semana. 

El informe sobre el teletrabajo realizado por Fundación Alares, arroja que los principales retos a los que han tenido que hacer frente las empleadas y empleados han sido la ansiedad general por el impacto de la situación (15%), seguido al aislamiento social (14%) y la dificultad para mantener un horario regular (14%). A pesar del estrés, el dato más significativo es que al 95% le gustaría continuar en teletrabajo en mayor o menor medida, siendo dos días por semana lo más destacado (39%).

¿Teletrabajo?  Queremos volver a la oficina

Por todo ello, los trabajadores no quieren renunciar a la recién adquirida flexibilidad laboral pero tampoco a reunirse con otros. Los empleados quieren volver a la oficina. La pregunta es: si voy a la oficina cuando quiero y fundamentalmente a socializar, ¿ha quedado obsoleto el concepto tradicional de oficina? ¿Cómo deben ser los nuevos espacios de trabajo para atraer a una fuerza laboral mucho más flexible?

La apuesta mayoritaria es caminar hacia un sistema híbrido, que compatibilice el trabajo en casa con las oficinas o con trabajar desde “el tercer espacio”.

Modelo híbrido, teletrabajo y presencial, y oficinas para socializar

La oficina no va a desaparecer. ¿Entonces qué pasa con esa apuesta generalizada por el trabajo remoto? La respuesta parece clara: El futuro del trabajo y de los espacios laborales es híbrido.

¿Sirve cualquier tipo de oficina? Indudablemente no. Las empresas, de hecho, están ya diseñando e implantando espacios bastante diferentes a los anteriores a la pandemia. La alternativa, hoy más que nunca, son los puestos no territoriales compartidos en los que cada espacio es de todos.

La oficina es el punto de conexión de las plantillas y el alma de las empresas; es el lugar donde ocurren las cosas. Su función es hoy la socialización, y esto tiene claros beneficios en términos de motivación, comunicación, cooperación y bienestar de las personas. En este sentido, las oficinas representan un activo esencial para la productividad de las compañías.